El ser humano como habitante del universo, en particular del sistema solar, está sujeto a ciclos, en los que participan además el sol la luna y las posiciones los planetas. Pero el sol y la luna son los más importantes, ellos estructuran nuestros días, nuestras noches y nuestro calendario. Nuestra vida depende de esos dos principios. El sol en su recorrido anual va marcando las estaciones y la luna con un ciclo de algo más de 28 días, es el astro que al pasar por sus fases más cambia en el cielo y, el que le sugirió al hombre la idea de lo mutable de las cosas terrenas.
La Luna Nueva es el comienzo de ese ciclo lunar de cuatro fases y se produce cuando la Luna y el Sol están juntos en un mismo grado del zodíaco, aspecto que los astrólogos llamamos conjunción. La Luna y el Sol tienen discos aparentes del mismo tamaño. La luna cubierta por el disco solar no se ve en el cielo, por esa razón también es llamada luna negra, luna invisible y otros la llaman Hécate, la diosa infernal.
La luna llena se produce en cambio cuando ambos luminares: el Sol y la Luna están en grados opuestos del zodíaco y el Sol ilumina con sus rayos la cara visible de la Luna.
Los antiguos astrólogos coincidían en decir que la Luna influía mucho en el hombre por ser el astro más cercano a la tierra y le otorgaban muchísima importancia.
La luna nueva del 24 de marzo se produjo en los primeros grados del Signo de Aries.
El signo de Aries es el cardinal del elemento fuego. Los signos Cardinales corresponden a los comienzos de las estaciones por eso son signos de inicios, de aperturas, de comienzos. El Signo de Aries es un Signo de independencia, de entusiasmo, pero también de agresividad. Es un signo apropiado para comenzar cualquier actividad, pero especialmente para tomar decisiones rápidas y ejecutivas. La Luna nueva en Aries es una luna emprendedora, activa, que impulsa, empuja, estimula cualquier movimiento, pero también lleva una carga de intolerancia y de desconsideración.
Marte, dios de la guerra como regente del signo, le imprime características de entusiasmo, vitalidad, impaciencia, impetuosidad, además de, en muchos casos, falta de reflexión y de prudencia.
Cualquier esfuerzo saludable como realizar actividad física en forma moderada, es una de las sugerencias para trabajar con el potencial de esta luna nueva, así como el iniciar actividades que requieran energía, empuje, ejecutividad y mucho movimiento. Mientras que también será recomendable tomarse el tiempo para reflexionar y no actuar en ningún caso, apresuradamente.
Probablemente algunos nacidos primeros grados (días) de los signos de fuego (Aries-Leo-Sagitario) lo perciban como una cuota extra de vitalidad y de entusiasmo, con ganas de comenzar nuevos caminos y proyectos y que los primeros grados de los otros Signos Cardinales (Libra, Capricornio, Cáncer) hayan vivido determinados momentos de esfuerzos o tensión.
La luna en su recorrido mensual va cargándose de luz hasta la luna llena, todo ese hemiciclo es llamado “quincena clara” y todo lo que queramos hacer crecer, mejorar, desarrollar, expandir debe ser hecho durante esa quincena, en cambio todo lo que queramos abandonar, finalizar, derrumbar, limitar o reducir debemos encararlo en la segunda quincena llamada “quincena oscura”
La Luna llena se produce cuando el Sol y la Luna se encuentran diametralmente opuestos, aspecto que los astrólogos llamamos “oposición” y es el aspecto que me indica la culminación del proceso iniciado. Todo lo que ha sido estimulado en la Luna Nueva llega aquí a su máximo desarrollo. Durante esta fase hay más necesidad de expansión social y necesidad de relación.
Como el Sol está en Aries la luna llena se produce en Libra. Libra es un Signo
favorable para las actividades sociales, o aquellas que se realizan con el público, la moda, el arte y la música, que ahora muchos realizamos por internet, por redes sociales. Sin embargo, en este caso tanto la luna como el sol van a perfeccionar (completar) un mal aspecto con la conjunción de Júpiter con Plutón producida el 4 de abril.
La conjunción de Júpiter con Plutón se produce cada aproximadamente 13 años y está asociada a cambios profundos a nivel social. Júpiter tiene analogía con la religión, la filosofía, la justicia y los viajes, es el planeta que al mismo tiempo expande las cosas. Júpiter este año 2020 transita el Signo de Capricornio, el Signo de su caída por lo que exagera para mal. Plutón aporta una cuota de desintegración, de fanatismo, de intensidad. Plutón es un planeta que tiene una tremenda fuerza en la humanidad, e influye en el mundo a nivel masivo; es el planeta de los cambios, el de la regeneración y el que elimina lo no que es ya necesario.
La Lunación movilizará la conjunción de modo que algunos nativos de la segunda mitad de los Signos Cardinales (Capricornio, Libra, Cáncer, Aries) pueden estar sometidos a fuertes tensiones asociadas a la necesidad de realizar cambios en determinadas áreas de la vida. Los otros Signos de Fuego Sagitario y Leo reciben a la Lunación en buen aspecto y también los Signos de Aire: Géminis, Acuario.
Para los primeros grados de Escorpio, Tauro, Acuario y Leo continúan las tensiones ya que reciben aspectos de la conjunción de Marte con Saturno producida el 31 de marzo. Atención con los golpes.
Patricia Kesselman
28/03/2020